PARROQUIA DE SAN ROQUE EN VILLA INSUPERABLE
Un Templo de Fe y Esperanza
No debemos remontarnos muchos años atrás para visualizar el nacimiento de una de las importantes joyas emotivas y artísticas del Partido de La Matanza. Nos referimos a la Parroquia de San Roque en Villa Insuperable que nace en momentos que el partido de La Matanza no superaba los 400.000 habitantes y en la Villa Insuperable habitaban sólo unos centenares de vecinos.
En esa hermosa villa, un día realizó su visita pastoral el Obispo de Morón y La Matanza, Monseñor Raspante, quien al notar que en la zona faltaba una capilla, sugirió al Padre Eduardo Dacono que se hiciera cargo de esa labor. El resultado fue maravilloso y poco tiempo más tarde el Obispo pudo bendecir el nuevo templo.
Tengamos en cuenta que en aquellos años la población era totalmente obrera y aunque los fondos disponibles eran muy pocos, la iglesia iba creciendo.
En uno de esos días liminares a la concreción final del templo pasó por el lugar –seguramente guiado por la mano de Dios- don Antonio Chiavetti, un pintor lugareño que se había hecho la promesa de iluminar con murales el templo. Y así lo hizo al estilo Bizantino, con un enorme Cristo gaudente, pero le dio además, un toque que lo hace casi único en el mundo: sus modelos eran los mismos vecinos.
Así, en los murales vemos a “Doña María” con la bolsita de la feria, a “Don José” hincado para orar después de volver de sus labores en la fábrica y a los niños jugando frente al templo cobijados con su sombra. De esta manera Don Chiavetti veía materializarse su sueño al que se unieron cuatro inolvidables benefactores artísticos: Volpe, Adorisio, Marianinchi y Hollan; junto a la mano benevolente de ese prócer del arte que se llamó Castagnino. El ilustre vecino más de una vez se arrimó y dio su pincelada porque soñaba con esa capilla, hoy maravillosa y emotiva Parroquia, a la que queremos considerar una de las más sencillamente hermosas del mundo (y no exageramos).
En esa misma parroquia estuvo Monseñor Suárez (hoy Obispo de Laferrere) y más de una vez se arrimó nuestro inolvidable y siempre añorado Monseñor Buffano, que tanto admiraba ese Templo de Fe.
Hoy la Parroquia está en peligro pero sabemos que su párroco, el padre Marcelo Dhan, no permitirá que esa joya se desmerezca y hará que las bellezas de la Parroquia San Roque se mantengan. En ese caso, los matanceros, agradecidos. Caso contrario lloraremos (ya tarde) la pérdida de esa joya, como ya perdimos por incuria y descuido tantos monumentos históricos.
Sabemos que la Fe vencerá y el ejemplo de Monseñor Raspante, Carreras, Bufano, Marcón, Suárez y el ilustre Monseñor Martino, nos acompañará junto a las oraciones del padre Marcelo. Deseamos que con su arte el templo siga cobijando a los miles de fieles que, seguramente, en un futuro que queremos avizorar luminoso, concurrirán a rogar, mirar y admirar ese espacio histórico. Y que llegue el momento en el momento en que un funcionario inspirado se una a nuestra lucha para que el templo de San Roque sea declarado, como lo merece y como lo exigimos espiritualmente, “Templo Histórico”. Esperamos que esto sea a la brevedad.
Alfonso Corso.
